Estamos juntos no hay límites.

En cada ciudad en donde aún no he estado, lo primero que hago es subirme al bus/tranvía.
para estudiar un poco.
Probar, sentir que significa estar presente allá.
Vivir.
Pasar verdaderos días, levantándose temprano, cargando los niños,en la lluvia penetra el olor pesado de los abrigos de lana.
Piel asoleada,bronceada, sudorosa, un poco perfumada, risas por mas allá.
Aleccionador.
Pieles sin afeitar, maquillajes, miradas, se asoman por la ventana. Nos conocemos.
En todas partes todo el mundo de otra manera. Es decir de la misma forma lo mismo.
La última vez me tropece en el bus en Estocolmo, pisé el pie de una señora mayor, me apoyé en ella, por poco caemos los dos.
Con estilo, muy a lo húngaro y en húngaro en mi susto dije perdón, caramba.
La señora dijo en ingles, no hay problema, entre otros su yerno es húngaro y de vez en cuando dice esas palabras en húngaro, su hija estudia en Viena , allá se conocieron.
En mi confusión le pregunté, puedo ayudarla en algo ya que casi la he empujado.
No, ni mas faltaba pero en la siguiente parada final tomemos un café, se encuentra con una amiga dentro de una hora, despues van a una especie de grupo de canto.
En mi vida no había tomado café, aún mas por invitación de una señora sueca.
Conversamos agradablemente.
Dejó huella.
Es posible no tenernos miedo.
Es posible dar/recibir tiempo,sonrisa, conocimiento.
Solo hay que permitirlo.

No hay mayor fuerza.
Contacto entre personas. Intercambio de conocimiento y experiencia. Seguridad, conocidos que comprenden a nuestro alrededor y por doquier.
Mundo de apoyo, abierto.
Vivimos aquí, viajamos por aquí y por allá,estiudiamos allá.
Estamos juntos.
Aquí en la tierra y hay mas también.
No hay límites.
En nada.

Jakabovics Tibor, Fundador


EN LA COMUNIDAD LAVYLITES

Honremos la naturaleza y recibamos con agradecimiento sus regalos. Vivimos y creamos con pasión. Experimentamos y creemos en su fuerza buena.

Dificil dar bién. Quizás la solución es la ausencia de escoger. La reflexión corriente y razonable no son en absoluto válidas en aquellos medios donde la necesidad se ha afincado.
Dar es el mayor regalo. Alguien con su suerte nos brinda la posibilidad de recibirlo.
No hay medida, solo personalidad.
Da lo mismo, medio pan, aplacar rapidamente el hambre o en el caminador deseado pasear a una pequeña personita. No cuenta sí la huerta es trabajada tempranamente, la patata está ya para el invierno o un hospital en Mombaza.
Dar es enseñanza: por parte del que recibe.
Historias que se funden unas con otras, atención mutua, relojes en marcha.
Al principio temblaba mi mano. Ahora mi corazón también. Lo he comprendido.

tengo historias...

En Londres me econtré con la niña. Su cabello era ondulado y castaño, sus ojos oscuros e inteligentes, su mochila pequeña con dibujo de mariquita y su pantalon de arcoiris impactante. Tendría como seis años, tantos como los de mi hija en ese entonces.
Me empujo un poco y luego se cayó. Una caida rara,y aún más especial la forma en que se levantó del suelo. Confundido le extendí mi mano pero no la aceptó.Empezó a reir bastante y me dijo: „vááááááá, tengo düsannn, me voy a morir”, luego se volteo y se sujetó de una mujer , de la madre, que susurrando solo dijo: „sssst, Dios mio, no digas eso, el examen mañana..” el resto no lo entendí.
Su voz, su mirada dolorosas me quemaron por dentro.
Google, artículos, páginas web, aún en el aeropuerto.
Indeciblemente duele.
Encontré ya en casa su comunidad. Desde entonces recibo regalos de ellos. Por mucho tiempo será así.

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Jakabovics Tibor, Fundador